Hace muchos años, cuando era un joven líder, escuché de uno de mis líderes principales la frase “Haz que suceda”. Aunque nunca discutí el significado de la frase con él, significaba: “Deja de poner excusas y hazlo”.
Como nuevo líder en la organización, quería mostrar mi potencial para realizar cualquier tarea, sin importar su complejidad. Poco después, completé con éxito tarea tras tarea sin mucho esfuerzo.
Por lo tanto, comencé a recibir tareas más complejas y desafiantes.
Sin darme cuenta, comencé a encontrar estas tareas más difíciles, lo que me llevó más tiempo para cumplir con el estándar.
Cuando traté de explicar mientras buscaba algo de comprensión, la respuesta que recibí fue: “Haz que suceda”. Pronto comencé a odiar la frase porque significaba que todo se podía hacer con determinación y trabajo duro. El problema era que ya lo estaba haciendo pero no estaba obteniendo los resultados deseados.
¿Qué pasó? Golpeé una pared. En ese momento de mi carrera, no tenía las herramientas necesarias para ser excelente y pasar al siguiente nivel como el líder que quería ser.
Estaba trabajando duro y con eficacia, pero no estaba siendo eficiente porque mi conjunto de herramientas de liderazgo no estaba tan completo como se necesitaba y yo no sabía nada al respecto.
Apropiarse del desarrollo profesional y “hacer que suceda”
A lo largo de mi carrera, trabajé para organizaciones que me brindaron múltiples oportunidades de desarrollo profesional, como seminarios, cursos en línea y capacitación presencial. Cuando miré hacia atrás en mi carrera, me di cuenta de que, a pesar de las numerosas oportunidades, la capacitación brindada por mis empleadores no era suficiente.
Por naturaleza, es fácil para las personas mantener la autocomplacencia y negarse a salir de su zona de confort. Comprendí que el desarrollo profesional era una calle de doble sentido y que era hora de que me responsabilizara de mi desarrollo profesional.
A medida que me hice cargo de mi desarrollo profesional, comencé a ver mejoras en múltiples áreas con el tiempo.
Podía realizar los mismos tipos de tareas que no podía hacer antes.
Además, a medida que fui madurando como profesional, me di cuenta de que la frase “Make It Happen” no era solo una frase para no poner excusas. Era más que eso. Fue un grito de guerra hecho para crear un estado de ánimo para motivarse y desafiarse a sí mismo y buscar profesionales y crecimiento personal.
En consecuencia, mi mente cambió gradualmente y acepté la mentalidad de “Haz que suceda”. Sin darme cuenta, me empezó a gustar la mentalidad de “Make It Happen” y la adopté, convirtiéndola en uno de los pilares de mi vida profesional y personal.
Esta transición no fue fácil, y no sucedió de la noche a la mañana. Para que esta transición sucediera, fue necesario profundizar en mi pensamiento y estilo de liderazgo.
Algunas de las áreas que revisé y consideré que me ayudaron significativamente a adoptar la mentalidad de “Haz que suceda” son las siguientes:
1. Comprende quién eres
Mientras buscaba desarrollarme, me di cuenta de que era necesario examinar quién era yo. Necesitaba entender mis fortalezas, debilidades y metas a corto y largo plazo.
Para lograrlo, debes ser honesto contigo mismo. A veces, la verdad puede ser dolorosa, pero mentirse a sí mismo retrasará su crecimiento y lo conducirá a un largo y doloroso camino hacia el éxito.
2. Trabaja en tu liderazgo
Comience por comprender la definición de liderazgo y lo que implica ser un líder. Una vez que sepas qué es el liderazgo, define tu estilo de liderazgo y comprende que trabajar en tu liderazgo es un proceso diario.
Reconozca que para ser un líder, no tiene que ser la persona con más conocimientos en la sala.
Parte de ser un líder es conocer tus debilidades, rodearte de personas más fuertes que tú en esas áreas y permitirles que te completen.
No hay mejor activo que las personas, y cuando puedes influir, inspirar y crear sinergia entre ellas, te sorprenderá todo lo que tú y ellas pueden lograr juntos.
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3. Aprendizaje continuo
Sepa que el aprendizaje nunca termina. El día que dejes de aprender, dejarás de crecer como persona y líder. El aprendizaje continuo es mucho más de lo que algunas personas piensan. Puede hacerlo leyendo y aprendiendo de las experiencias de sus subordinados y de otros.
El aprendizaje constante no es difícil. Puede ser tan fácil como acercarse a alguien que admire y preguntarle cómo lo hace.
Con el conocimiento cotidiano crecerás no solo como profesional sino también como líder y, lo más importante, como ser humano.
Cuanto más sepa, más maduro y preparado estará, lo que lo convertirá en alguien a quien la gente querrá contactarlo. Las personas saben que obtendrán conocimientos de usted, pero lo más importante es que saben que les enseñará cómo continuar aprendiendo.
4. Encuentra un mentor
Un mentor es una persona que puede ayudarte a alcanzar tu máximo potencial profesional y, en ocasiones, personalmente, según el tipo de relación que desarrolles a lo largo de los años.
Dos de las características más comunes de un mentor son la antigüedad y la experiencia, que a menudo es la fuente de su conocimiento.
Algunos beneficios de tener un mentor son que pueden ayudarlo a identificar y definir sus objetivos profesionales. El mentor también puede ayudarlo a crear su camino hacia el éxito y ayudarlo a navegar el viaje mientras evita errores innecesarios debido a la vasta experiencia que puede compartir con usted.
Otro beneficio es que el mentor lo ayudará a crecer haciéndolo responsable de su Toma de decisiones y acciones
El mentor también brindará comentarios honestos que a veces no querrá escuchar, pero que lo harán mejor porque también le brindarán herramientas para mejorar y tener éxito.
5. Creer en ti mismo
La gente solía decirme: “Mañana será otro día”. Una de las primeras cosas que debes reconocer para creer en ti mismo es que las luchas y los contratiempos ocurrirán, pero también desaparecerán.
Fallar y cometer errores es parte del proceso de aprendizaje y crecimiento profesional. No puedes dejar que interrumpan tu alegría. Lo primero que tienes que hacer es creer en ti mismo y tener una actitud de sí puedo.
Creer en ti mismo te llevará a tener confianza en ti mismo, influenciando e inspirando a las personas con las que trabajas.
Cuando dudes de ti mismo, mira hacia atrás a dónde estabas y cuánto has avanzado y mejorado.
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6. Ejercicio
Algunas de las principales cualidades de crecer como profesional son mantenerse enfocado en sus tareas, mantener la conciencia sobre su lugar de trabajo y tener la resistencia para soportar largas horas de trabajo.
Para lograr esto, es crucial que cuides tu salud mental y tu condición física, lo cual se puede lograr haciendo ejercicio.
Hacer ejercicio te ayudará a mejorar tu salud mental aumentando tus funciones cognitivas, aliviar el estrésminimizando la ansiedad y mejorando su estado de ánimo.
Físicamente, el ejercicio puede ayudarlo a mejorar su resistencia, perder peso, reducir los problemas de salud y proporcionar más energía. Sentirte y verte bien te ayudará a enfrentar cada día con alegría y pensamiento positivo.
Aunque el desarrollo profesional no tiene un camino recto y, a veces, puede ser abrumador debido a las múltiples opciones, la verdad es que el desarrollo profesional es esencial para nuestro éxito profesional y debemos apropiarnos de él.
No importa qué camino tomemos; el propósito del desarrollo profesional es mejorarnos a nosotros mismos constantemente.
Entender que cualquier camino que tomemos no debe estar motivado por la necesidad de competir con los demás sino por nuestro deseo de crecer día a día y hacernos mejores profesionales.
¡Mi consejo para ti es que lo hagas realidad!